En el centro de la localidad burgalesa de Melgar de Fernamental hay un centro de día, una residencia y tres pisos tutelados para personas con discapacidad intelectual y enfermedad mental. Sus puertas están abiertas para los usuarios. Es la filosofía con la que trabaja la Fundación Conde Fernán Armentález en un pequeño centro, sin vallas ni puertas cerradas, que es como una gran familia para su medio centenar de usuarios y sus 17 profesionales. «Es una casa para vivir, un sitio para estar, un centro abierto, libre y en el que trabajamos desde la normalización», destaca Asunción Ortega, gerente de la Fundación, una entidad sin ánimo de lucro que trabaja desde hace 28 años, con la ayuda del Ayuntamiento de la localidad, para proporcionar los apoyos necesarios a las personas con discapacidad intelectual y problemas de salud mental que viven en el medio rural y a sus familias.

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