El Canal de Castilla a supuso un importante revulsivo para la economía y lugares por los que discurre, bien como contratante de mano de obra como bien como aprovechamiento de los recursos que a su raíz surgieron.
Navegación
Desde los inicios ya se utilizó esta posibilidad de transporte. De esta forma en 1753 se utilizaron tres chalanas, una falúa y un navichuelo para transporte de obreros y materiales. También en 1770 en el ‡astillero de Abánades se construyeron 32 barcazas para el transporte de tierra y piedras provenientes de la excavación del Canal del Norte.
La navegación comercial, sin embargo, no se plantea hasta 1791 y su apogeo no llega hasta 1850-60. La gran mayoría de estas barcazas eran de propiedad particular y se destinaban al transporte de mercancías, fundamentalmente, harinas y cereales, aunque sin olvidar otros destinos, como transporte de presidiarios y pasajeros. De este último llegaron a circular cuatro barcazas-diligencias entre Palencia y Valladolid. El viaje duraba siete horas y según las crónicas de la época era económico y cómodo. Los años 50 fueron la época dorada del transporte fluvial, ya que el que se realizaba en caballería o carruaje quintuplicaba el precio del realizado por el Canal (12 reales por persona, según Madoz), cuyas tarifas fueron fijadas por primera vez en 1842 mediante un Reglamento de Navegación.
Fuerza motriz
La fuerza producida en las esclusas apenas se consideró en los proyectos iniciales, pero será un elemento de gran importancia para molinos, batanes y centrales eléctricas.
Ya a finales del siglo XVIII se ponen en marcha molinos harineros, batanes de paños de lana, ante y curtidos, así como molinos de papel. Dada la importancia del cereal en Castilla, serán los molinos harineros los que mayor importancia adquirirán, sobre todo entre 1860 y 1880, aunque precisaron de medidas proteccionistas frente a importaciones americanas y las fábricas del litoral.
Diversas centrales eléctricas van salpicando el Canal, incluso en los mismos edificios de molinos y fábricas de harina. Estas pequeñas instalaciones abastecían a las propias fábricas y edificios del Canal en primer lugar y, posteriormente a las poblaciones aledañas. La última de estas centrales funcionó en Calahorra de Ribas, abasteciendo de electricidad a Electrólisis del Cobre de Palencia, si bien se están instalando numerosas minicentrales donde antaño existieron otras o cualquier establecimiento industrial movido por fuer’za hidráulica.
El riego
A lo largo del recorrido del Canal se instalaron tomas de agua para acequias y pequeños canales, protegidos por arquetas, como es el caso de las de Abánades en Melgar de Fernamental, Requena de Campos o Becerril de Campos. La importancia del Canal como arteria de regadío queda reflejada por las más de 23.000 hectáreas que irriga.
Agua potable
Otro servicio que ha adquirido importancia ha sido el abastecimiento de agua potablDe a numerosas poblaciones ribereñas.