«Yo nací a la orilla del canal, rodeado de agua... como Moisés». El árbol de familia de Emiliano Hinojosa (San Llorente de la Vega, 1930) es en realidad una lámina de agua con afluentes y ramales que dan cuenta de una saga dedicada en cuerpo y alma a la infraestructura más impresionante de la meseta.

Sus abuelos eran barqueros, su padre esclusero y él, con tan solo 13 años, comenzó a trabajar como mulero. «Me encargaba de arrear las mulas que arrastraban las barcas», rememora Emiliano, una existencia dedicada al Canal de Castilla del que tantas generaciones de su familia han vivido.

Es un experto del canal y lo demuestran no solo sus recuerdos y experiencias –dice estar preparando un libro de memorias– sino también la maña y destreza con la que ha elaborado varias maquetas del canal. Con madera y chapa, con iluminación y pintura, con muchas horas robadas a otras aficiones, Emiliano ha reconstruido a escala varios puntos del canal, como la esclusa 14 (de su localidad natal), como la cuatro (Herrera de Pisuerga), la de Alar del Rey o la del Serrón.

La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha utilizado incluso algunas de ellas para varias exposiciones sobre el Canal de Castilla instaladas en León, Salamanca, Palencia y también Valladolid. Una de las joyas de la colección es la reproducción de la dársena de La Victoria, en la que Emiliano reproduce cómo debía ser la infraestructura entre 1830 y 1849. Para ello, dice, se ha valido de los recuerdos de su familia... pero también de su propia experiencia.

Fuente de la noticia: