Años de historia, de esfuerzo y de proyectos navegan por el Canal de Castilla, uno de los proyectos de ingeniería civil más relevantes de la España ilustrada. Ya finiquitado su uso como vía de transporte de mercancías, hace más de medio siglo, ahora es el barco San Carlos de Abánades el que recorre sus aguas con fines turísticos y didácticos e inicia su recorrido en uno de los cuatro embarcaderos activos, el de Melgar de Fernamental. A bordo de él, dos marineros oriundos de Castilla, Jesús Santamaría y su hijo Jorge, son los encargados de manejar el barco y explicar a los pasajeros la historia y la construcción de esta gran obra.
Puede resultar curioso que dos castellanos acaben vinculando sus vidas a un barco pero como explica el capitán, Jesús, «a nivel de Castilla, esta zona ha dado muy buenos marinos, por ejemplo, a Medina de Rioseco, uno de los términos del canal, se la llama La Ciudad de los Almirantes y Burgos, para ser una ciudad de interior, tiene una afición náutica considerable. Incluso capitanes de marina mercante acuden aquí para dar clase a la gente que se quiere sacar las titulaciones».
Jesús Santamaría es un capitán de barco de Villasandino y lleva ya seis años surcando estas aguas. Antes de comenzar aquí estuvo mucho tiempo interesándose por el puesto y «en cuanto me enteré de que la plaza quedaba vacante, eché la solicitud a la Diputación. Soy de aquí cerca y conocía desde siempre el canal y su historia», recuerda Jesús sobre sus comienzos. Apaciblemente, tras amarrar el barco después de una de las rutas que dirige, Jesús rememora, «era un sitio que me había gustado desde siempre y cuando se empezó a hablar de la explotación turística de este lugar me alegré porque pensé que ya era hora de promocionarlo un poco porque había estado muy abandonado a lo largo del tiempo». Además, este capitán regenta una casa rural en Sasamón, lo que le permite enterarse de las actividades de ocio que se ofertan y, en su opinión, esta es una buena iniciativa porque «se trata de una actividad cultural y al mismo tiempo es lúdica».
Con todos los elementos de su parte, Jesús decidió sacarse los títulos de náutica porque, anteriormente, el capitán del San Carlos de Abánades no había hecho nada relacionado con esto, «de hecho, me daba más por el aire y por practicar paracaidismo», reconoce. Para pilotar esta embarcación se necesitan unas titulaciones profesionales mínimas a nivel de marina mercante. Por las características de este barco como la capacidad, con aforo para unas 50 personas; y la repercusión; se cobra una entrada a los pasajeros, «me exigen tener la titulación, como mínimo, de patrón portuario. Tengo esta y la de capitán de yate, la de marinería y salvamento», explica.
Jesús comparte trabajo desde hace poco más de un año con su hijo, Jorge, a quien también se le exigen titulaciones. En su caso cuenta con la de capitán de yate, el título para manejar embarcaciones de recreo en vela y el de socorrista. Jorge acabó montado en este barco por su padre, «yo le veía estudiar para sacarse los títulos y me dije: si él puede yo también», y de esta forma acabó explicando la obra del Canal de Castilla a los pasajeros. Él estudió Historia, lo que reconoce que le viene muy bien para trabajar aquí, «el Canal de Castilla es un BIC (Bien de Interés Cultural) desde 1991, se trata de una construcción importante, así que lo que yo hago durante el trayecto es explicar la historia del canal y su construcción».

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