"...El autor nos introduce en la propia dinámica del Canal, de sus barcas y esclusas, invitándonos a formar parte de una historia que es nuestra desde el momento que leemos más de una página. Ya no hay vuelta atrás, no hay descanso cuando el relato finaliza, hay que seguir leyendo y viviendo, o mejor sobreviviendo en las duras aguas del Canal.

Raúl es preciso, como dije anteriormente, pero es algo más, ya que en sus palabras se esconde la misma esencia del Canal y, lo que es más importante, de quienes construyeron y vivieron en él, logrando que dicha esencia hable por sus palabras y gestos, permitiendo que al cerrar los ojos los espacios físicos se configuren con una facilidad pasmosa, como si en nuestra propia memoria anidasen dormidos los recuerdos del pasado..."

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