La Berza Castellana (o asa de cántaro) es una planta hortícola, variedad de la col. Por la parte superior a la raíz tiene el tallo o troncho, que da nombre a los oriundos de nuestra Villa de Melgar de Fernamental, pues, además de melgarenses, también, en la comarca, nos denominan con el segundo gentilicio, apodo o mote, de troncheros; porque era muy grande la cantidad de berza que se sembraba y cultivaba en nuestras numerosas y fértiles huertas.

 

Y es que Melgar de Fernamental, siempre ha sido un pueblo de excelentes hortelanos, produciendo millares de llantas (así denominan a la planta de la berza en los cuidados llanteles o semilleros), por encima de otras hortalizas que también se cultivan.

 

La berza castellana es una verdura de hojas verdes, grandes y carnosas, con largo tallo cuando la planta se ha desarrollado y empieza a envajecer.

Esta planta era vendida en Burgos, pero sobre todo, en la zona de la montaña palentina y cántabra, así como la de León, pues, una vez llegada a la sazón, servía como alimento por su resistencia al frío: Se cortaban las pencas, desde abajo según iban creciendo, para el uso animal, dejando para el final el repollo de finas y blancas hojas. Además aguantaba mucho, después de cortada, sirviendo así de comida básica, tanto al ganado (sobre todo cerdos y vacas), como  a las personas, porque se hacían exquisitos caldos y excelentes potajes, como el cocido de garbanzos, alubias, y sabrosas ensaladas.

Así pues, la berza castellana siempre ha participado en platos emblemáticos de la cocina, y es muy valorada por su participación en la alimentación. Por su parte, en el ámbito medicinal, destaca por su potencial antioxidante.

Por eso, el cultivo de la berza castellana, en estas zonas, era básico para la economía doméstica. La venta (normalmente por millares) de las llantas se hacía en manojos de cincuenta, cruzadas la raíz de veinticinco en veinticinco. La fecha más normal para la venta era el 13 de junio, festividad de San Antonio de Padua, especialmente en la localidad leonesa de Puente Almuhey, y su valle del río Cea, Prioro, Guardo, Aguilar, Herrera de Pisuerga, Saldaña, Velilla del río Carrión, Riaño, Boca de Huérgano, Reinosa, Villadiego…

Antaño, en las huertas de Melgar de Fernamental, se empalominaba, haciendo un hoyo al lado de la raíz y echando una almuenza de estiércol de paloma, o puñado, es decir, lo que se podía coger con las dos manos, dejándolo dentro del hoyo y volviéndolo a tapar, aporcando tierra y regándolo por pie con abundante agua. Ciertamente, eran muchos los millares de plantas que en las huertas melgareñas se sembraban.

La venta de semilla de berza castellana era muy frecuente, sobre todo, por las fechas de la tradicional Feria de San José (19 de marzo). Y entre los compradores estaban los extremeños, que venían a vender su pimentón de la vera. También se enviaba mucha semilla a la zona de Segovia, sobre todo al pueblo de Garcillán.

 

El cultivo, después de las labores de la siembra en eras o melgas, se hacía en plantación de 60 cm. a 80 cm. de planta a planta, por surcos de la misma distancia. Ahora, la planta se puede sembrar algo más junta, con el objeto de que no sea tan grande, puesto que la venta actual para el consumo requiere un repollo más pequeño. En los tiempos en que se empalominaba, los repollos podían llegar a pesar bastante más de una arroba (11,5 kg.).

En cuanto a la siembra, se llevaba a cabo desde últimos días de abril hasta primeros de mayo, por otra parte, se transplantaba en fechas alrededor de San Antonio de Padua, y se comenzaba a recoger a últimos de agosto, llegando su ciclo hasta febrero. Por esas fechas febrerinas se hace la replantación de tronchos de berza ya cortada, o repollos entallados, a los huertos, donde, después de hacer un hoyo profundo, se meten los antedichos tronchos, y después se cubre el hoyo con tierra, atollándola a su alrededor, para conseguir nueva semilla para el ciclo siguiente.